Milwaukee Bucks


Sin hacer ruido pero trabajando. Así jugó sus cartas el equipo de Milwaukee hasta clasificarse para los playoffs.
Después de un año movido por la pandemia y por la supuesta salida de Antetokounmpo, los Bucks consiguieron tres cosas; renovar a su estrella, impedir que otra franquicia directa se reforzara con el griego y, una vez firmado el mayor contrato hasta aquel momento, comenzar a competir con serias aspiraciones al anillo.
Dicho ésto, el camino no fue fácil. Pero tampoco lo fue para nadie. Mientras los seguidores de Milwaukee (y del resto de franquicia) veían a los Nets armar un equipo de ensueño, cerca de la blanca nieve se exigía silencio y continuar avanzando para lograr el objetivo. 

Por fin, después de dos años en los que se toparon con la derrota, se plantaron en las finales de la NBA contra los Suns de Chris Paul y Davin Booker que esperaban con ansias comenzar los duelos.

El. base de treinta y seis años impulsó a su equipo a un 0-2 inicial y con el que parecía que tenían la eliminatoria encarrilada. Sin embargo, a pesar del buen comienzo, los Suns empezaron a sufrir una ventisca por parte de los Bucks que pronto pusieron el empate a dos. 

Tras cosechar un importante 3-2, el hombre del bolígrafo, Giannis Antetokounmpo anotó 50 puntos en una noche estelar y, así, acabar el camino con un final digno de una buena novela. Por un lado, el 34 de los Bucks logró su primer anillo y su primer MVP de Finales y, por otro lado, los de Wisconsin se permitieron mirar más allá de Kareem Abdul-Jabbar para ver a Giannis Antetokounmpo alzar el segundo campeonato de la franquicia en un sexto y último partido de la temporada 21.

AZP


Antetokounmpo escribió su propia historia griega