Golden State Warriors
No hizo falta llegar al séptimo partido. Los chicos de Steve Kerr se coronaron en el Garden en el sexto partido teniendo que cantar el "we are the champions" lejos de San Francisco.
La serie comenzó con el todopoderoso ataque de los Warriors poniendo a prueba la sólida defensa de los Celtics.
Partían como favoritos los de la Bahía pero pronto el conjunto de Ime Udoka bajó a Curry y a compañía de las nubes y les hicieron pisar tierra firme poniendo el 2-1 a favor de la franquicia de Massachussets.
27 puntos de Browm, 26 de Tatum y 24 de Smart, fueron el tormento para poner al campeón del este por delante, aún, contra todo pronóstico.
Sin embargo, no fue suficiente. Los de San Francisco salieron con los deberes al día en los siguientes partidos; la figura de Wiggins oscureció las actuaciones de Tatum, Curry impulsó la carrera por el MVP de las finales, Thompson se olvidó por completo que estuvo lesionado de gravedad, y Green hizo lo que de verdad sabe hacer.
Las pérdidas fueron mucho castigo ante unos Warriors que jugaron un baloncesto que habría que ponerlo en las escuelas, pero no sólo este año sino todos los de la última década.
En Golden State todos contentos con el 4-2 definitivo, sobre todo Stephen Curry al lograr el MVP que le faltaba. Los de Boston, como cada año en la maravillosa NBA, a volver a intentarlo en la próxima temporada.